Una niña llamada Caperucita Roja lleva pasteles a su abuela a través del bosque. En el camino se encuentra con un lobo que engaña a la abuela y se come a ambas. Un cazador mata al lobo y rescata a la abuela y a Caperucita. Caperucita aprende la lección de no hablar con extraños.
2. Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había
hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a
menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
3. Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su
abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole
que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque
era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí
el lobo.
4. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso
en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para
llegar a casa de la abuelita, pero no le daba miedo porque
allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros,
las ardillas...
6. ¿A
dónde No
vas, está
niña? lejos.
A casa
de mi
abuelita.
7. El lobo
se ha
ido.
La abuela se
pondrá muy
contenta cuando
le lleve un
hermoso ramo
de flores además
de los pasteles.
8. Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuelita, llamó
suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que
era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había
observado la llegada del lobo.
9. El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la
desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo
que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida,
toda contenta.
10. Abuelita, Abuelita,
Son para
¡qué ojos más
verte mejor.
grandes tienes!
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy
cambiada.
12. Abuelita, abuelita,
¡qué dientes más Son para…
grandes tienes! ¡comerte
mejoooor!
El lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la
devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
13. Mientras tanto, el cazador se
había quedado preocupado y
creyendo adivinar las malas
intenciones del lobo, decidió
echar un vistazo a ver si todo
iba bien en la casa de la
Abuelita. Pidió ayuda a un
segador y los dos juntos
llegaron al lugar. Vieron la
puerta de la casa abierta y al
lobo tumbado en la cama,
dormido de tan harto que
estaba.
14. El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La
Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
15. Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de
piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo se
despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se
dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras
pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó.
16. En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que
un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la
lección. Prometió a su abuelita no hablar con ningún
desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en
adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su
Abuelita y de su Mamá.
17. FIN
Lidón Traver Viñals
Beatriz Montañés Ibáñez